Etapas de las úlceras por presión

Etapas de las úlceras por presión

Etapas de las úlceras por presión

Las úlceras por presión, también conocidas como escaras o llagas por decúbito, son lesiones en la piel y los tejidos subyacentes que se producen cuando una zona del cuerpo está sometida a una presión prolongada. Afectan con frecuencia a personas encamadas, con movilidad reducida o que permanecen mucho tiempo en la misma posición. 


ETAPA 1: Piel intacta, pero con señales de alarma

En esta primera fase, la piel aún está intacta, pero se observa un enrojecimiento no blanqueable (al presionar con el dedo, la piel no se vuelve blanca). Es una señal temprana de daño y requiere atención inmediata para evitar que progrese.

ETAPA 2: Daño superficial

Aquí ya existe una pérdida parcial del espesor de la piel. Puede presentarse como una ampolla o una herida abierta superficial. En esta etapa, la piel ya no está intacta y comienza a evidenciarse la afectación del tejido.

 

 

ETAPA 3: Daño profundo sin exposición de estructuras internas

 

En esta fase hay pérdida total del espesor de la piel, con daño al tejido subcutáneo. Sin embargo, no se exponen huesos, músculos ni tendones. El aspecto de la herida puede ser profundo, con presencia de tejido necrótico o esfacelo.

 

 

ETAPA 4: Daño severo con exposición de estructuras profundas.


Es la fase más grave dentro de las clasificadas por etapas. Se observa una pérdida total del espesor de la piel, con exposición de huesos, músculos o tendones. La herida puede estar muy comprometida, con alto riesgo de infección y complicaciones sistémicas.

 

 

Lesión de tejido profundo: El daño no siempre es visible desde fuera

 

En este caso, la piel puede estar intacta, pero el tejido subyacente ya está dañado. Su apariencia es púrpura o rojo oscuro, lo que indica hemorragia interna en los tejidos profundos antes de que aparezca una úlcera visible.

Úlcera por presión no clasificable

 

En algunas situaciones, no es posible determinar la etapa exacta de la úlcera debido a la presencia de costras o tejido desvitalizado (esfacelo o necrosis) que cubren completamente la herida. Es necesario retirar este tejido para valorar el daño real.

El conocimiento de las diferentes etapas de las úlceras por presión permite actuar con mayor rapidez y eficacia. La prevención sigue siendo la mejor herramienta: cambios posturales frecuentes, buena hidratación, cuidado de la piel y uso de superficies especiales son esenciales para evitar su aparición.

¿Trabajas con pacientes inmovilizados o en riesgo? Identificar a tiempo una úlcera por presión puede marcar la diferencia entre una recuperación sencilla o un tratamiento prolongado.

 

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