Dices que no a planes para estudiar.
Dices que no a tu familia para estudiar.
Dices que no a tus amigos para estudiar.
Sacrificas tantas cosas para estudiar porque tienes un objetivo, y no descansarás hasta conseguirlo.
El precio a pagar es alto, sí. Pero te prometo que la satisfacción y plenitud al conseguirlo será aún mayor.
Porque al final del día, todo ese esfuerzo se transformará en el sueño de tu vida.
Recuerda que no estás sola en este camino. Toda una comunidad de compañeros y compañeras está contigo. Y pase lo que pase, este esfuerzo ya te ha convertido en una profesional más fuerte y preparada.
¡Cree en ti misma y sal a comerte ese examen!